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20110403

Me gusta, me gusta, ME GUSTAAAA como quedo mi blog ahora. Tiene un poco de cada cosa; me gusta porque es muy personal, muy de Sofi.  Como soy una chica Slythindor, mi blog tiene que parecerse a lo que soy, así que el fondo representa a Gryffindor ♥ y los colores verdes a Slytherin ♥. Y lo que resta, o sea las imágenes, complementa a lo que me gusta, a lo que soy.
El viernes la pase tan bien con mis amigos. Estuvo maravilloso el cumple de mis amigas y espero que ellas también lo hayan disfrutado como lo disfruté yo.
Tengo ya tres pruebitas, si hermoso n.n, pero me sé bastante.
No sé qué decir ._.-
Escuchen épica♥ me encanta.
Ah si, voy a postear el segundo capítulo de mi fic porque se me da las ganas. Poco me importa que lo lean, pero yo lo posteo igual.


Confundida/Hora de olvidar.
Capítulo 2


-           Emm... s-se te calló esto – dijo nervioso Justin dándole a Lucía una pulsera  – lo encontré tirado en la puerta del aula.
-           Ah.. ¡AH! Si muchas gracias... – Lucía se quedó por el shock, pero Justin le respondió.
-           Justin, mi nombre es Justin, capaz lo sepas porque hoy la profesora... bueno... me presentó- Lucía ya sabía el nombre a la  perfección pero vio que este se ruborizó. Tenía un acento muy particular.- Bueno, de todos modos, de nada... – creo que esperaba una respuesta.
-           ¡Ah, si! Lucía, me llamo Lucía. Este... Muchas gracias Justin, es muy valioso para mí esta pulsera, sino fuese por ti, mañana estaría loquísima buscándola desesperadamente, te lo agradezco. – Y le sonrió, y acto seguido bajo la cabeza porque sentía los cachetes como tomates.
-           No hay por que Lucía...- silencio incómodo- nos vemos mañana Luli- este le sonrió.
-           Nos vemos... – pero no pudo terminar  de decirle su nombre, estaba muy emocionada.
Creo que, sin duda, fue el mejor día de Lucía. A pesar de la separación de sus amigas y de la estúpida de Julieta que quería conseguir llamar la atención de Justin, se olvidó por completo de lo horrible que fue su día cuando escucho de la boca de Justin pronunciar “Nos vemos mañana Luli”. Ninguno de sus compañeros nuevos les habían dicho ni siquiera hola, y debo admitir que Lucía no esperaba de parte de Justin que le dirigiera la palabra en su vida. Pero se equivocó y por eso, la dejo muy atolondrada.
-           ¡¿Qué fue eso?!- preguntó Sofía con desesperación.
-           ¿Eh?-  todavía seguía en sus pensamiento cuando esta le preguntó- Nada...
-           ¿NADA?- Gritó su amiga – Ese chico... como te miró... ¿Quién es?
-            El estudiante extranjero... sí, era cierto- le dijo cuando vio que ponía los ojos como plato- se llama Justin Bieber.
-           Apa, que suerte la tuya, es un papote. – le guiñó un ojo.
Lucía se preguntaba que pensaba su amiga, no quería que malinterpretara las cosas   así que se apresuró a decir:
-           Sí, es un chico muy lindo pero ya tiene a una chica, Julieta, hoy estuvieron toda la mañana juntos, charlando... muy cerca – se entristeció al escuchar lo que salía de su boca. - ¿Qué?
Su amiga la miró con cara de pocos amigos. No entendía nada.
-           ¿No te diste cuenta?
-           ¿De que cosa?
-           De como te miraba.- lo dijo como si fuese la cosa más obvia del mundo.- De como se puso cuando te vio; no paraba de tartamudear. Y su mirada era inquietante, parecía nervioso.  Estoy segura de que Julieta no es la única en su mira.
-           Estás demente. Mira lo que decís, ¡JA! Como si insinuaras que se fija en mí.
-           Y no te equivocas amiga, creo que es la verdad.


Las palabras de su amiga flotaron por su cabeza todo el día, y más aún cuando  iba a acostarse. ¿En verdad pensaba Sofía que Justin se fijaba en ella? ¿Creía que tenía oportunidad con él y podría hacerle competencia a Julieta? No lo creía. Además, no entendía porqué pensaba en eso. Ni siquiera le gustaba, era el primer día de clases y solo habló con él cinco minutos. Eso si, no podía negar que era super bonito; con su pelo cada vez que lo movía al compás de su cabeza, y su sonrisa perfecta; su buzo violeta de hilo que lo hacía de algún modo delicado.Pero  no, definitivamente no le gustaba, sólo le parecía lindo, que son dos cosas distintas. Pensando en su próximo día calló en un profundo sueño.
Entraba al colegio, iba directamente a su aula sin saludar a nadie, ni siquiera a su mejor amiga. Entró al aula y fue enseguida a su banco. Ni siquiera fue al “saludo a la bandera”, se sentía extraña, rebelde. Esperando a que entraran todos sus compañeros, empezó a dibujar  en su banco “JB” , eran sólo garabatos pero en todas escribía “JB, JB, JB, JB”. Se preguntaba porqué escribía eso, no lo entendía, ¿Qué significaba ‘JB’?. Escuchaba pasos; pensó que llegaban los demás pero se equivocó.
-           Señorita, ¿Qué hace usted aquí? No puede estar a esta hora en el aula, tendría que estar abajo  con los demás alumnos. ¡A DIRECCIÓN!
Despertó de golpe. Se alivió al ver que estaba acostada y en su habitación. Soñar que venía el director a regañarla el segundo día de escuela no era nada agradable. Pero eso lo dejó olvidado, lo que le parecía raro a Lucía era porqué aparecían en sus sueños “JB”.  Intuía que ya lo había escuchado en alguna parte; la pregunta era donde.  No se percató de que  eran las siete y diez de la mañana, al verlo, salió corriendo al baño; se vistió, se arregló un poco el cabello y salió corriendo de su casa.
Al llegar al colegio, sintió alivio de que no llegara tarde. Tendría que ponerse el despertador más temprano, aunque nunca lo escuchaba ni tampoco se acostumbraba ya que antes la despertaba la madre, pero como ahora la madre trabaja a la madrugada era imposible. Se encontró con Sofía  e izaron la bandera. Lucía miró  fugazmente hacia alrededor. Aunque no lo quería admitir, estaba buscando a él. Se decepcionó al no encontrarlo, ¿Le habría pasado algo? Se despreocupó al verlo en la fila de hombres.  Se sintió una tonta al pensar en él, tenía que parar de pensar en él, sino iba a adueñarse de sus pensamientos. Al finalizar el izamiento de bandera, que le resultó muy aburrido a Lucía, se le acercó Sofía.
-           Suerte... con él – le susurró Sofía.
No le contestó. No quería mal gastar palabras diciéndole que cambie de opinión porque sabía que nunca lo haría. Por un minuto se había olvidado de él hasta que su amiga se lo hiso recordar.  Al entrar al aula, todos se sentaron como el anterior día; lamentó mucho cuando vio que Justin se volvía a sentarse con Julieta. Ella, nuevamente, se sentó al lado de la amiga de Julieta cuyo nombre no sabía. Aún de mal humor se atrevió a preguntarle el nombre.
-           Eh... Hola – notó que la chica la miraba con cara de extraña- Soy Lucía, ¿Cómo te llamas?
-           Sabrina – dijo secamente- Mira, no me agradas, y menos me agrada sentarme con vos, así que te pido que imagines que soy una planta, digo, una pared- se apresuró a decir.
Lucía estaba asombrada. Tampoco le agradaba ella, ya que era amiga de Julieta y al parecer, igual que Julieta.
-           Entonces... sino te agrado quisiera saber ¿Por qué te sientas conmigo?- preguntó .

-           Te dije que soy una pared – al ver que todavía Lucía la seguía mirando dijo- esta bien, te lo digo para que no me molestes más. 
Ves a esa chica de allá- señaló a Julieta- bueno si no lo notaste aún, está sentado con el chico nuevo.- señaló a Justin- Ella me pidió que le deje a Justin el lugar mío, y yo como buena amiga se lo concedí. Por desgracia, el único lugar que quedaba vacío era junto al tuyo, así que, de mala gana, tuve que venir acá a sentarme con vos.  Y de paso, ya que va a ser la primera y última ves que hablemos, si estás planeando conquistar a Justin, te digo de buena onda  que te olvídes de él. Está loco de amor por Julieta, me lo dijo ella misma. Dice que la invitó a salir el sabado a la noche, ¡Seguro que se le va a declarar! Que suerte la suya... – se quedó pensando un largo rato y no volvió a hablar con Lucía.

Ya no sabía que pensar. Por un lado no le creía del todo– y tampoco quería hacerlo. Le había mentido  diciéndole “Y como buena amiga se lo consedí” cuando había visto perfectamente que la había empujado. Pero, podría ser verdad que Justin la hubiese invitado el sábado; por lo visto se llevaban muy bien, y eso le apenaba.  
Pasaron los días y Lucía se prometió olvidarlo para siempre. No lo llevaba tan mal, ya casi ni lo registraba, ni tampoco le daba importancia que este con Julieta. Un lunes a la mañana, Lucía estaba sola en el recreo; su amiga se había enfermado así que no tenía a nadie mas que la soledad.  Se llevó un libro y empezó a leer; no le importaba lo que le digan los demás sino lo que a ella le gustaba. Cuando sonó el timbre se levantó pero todavía tenía la vista fija al libro hasta que pasó algo.
-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAY! – gritó de dolor.

Alguien la había pisado.

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